11 de marzo de 2012

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 Como si cogieses un mechero y quemases el papel donde está escrita nuestra historia; como si quisieses barrer las cenizas y cerrar los ojos para no ver las llamas donde estoy ardiendo. Tan sencillo como tirarlas al viento, la brisa se las llevará ; junto a esas cenizas van nuestros recuerdos. Como si quisieses borrar lo que fui, fuiste y fuimos. Como si de una cicatriz se tratase, tu piel intenta curarla, pero no todo es así de fácil.
Cuando te caes y te levantas con heridas en las manos, con el paso de un tiempo con cariños y cuidados ésta se cierra dejando una pequeña marca. Si te caes en el mismo punto, estas marcas se avivan. Si metes una navaja en la herida corres el riesgo de que se desangre. Ahí estoy yo.
Del amor al odio hay un paso ; lucho cada instante por no cruzarlo, por no tacharte de capullo.
Me levanto con la incertidumbre de no saber que es lo que pasará hoy. Con rabia e impotencia de no poder hacer nada, de no haber más solución que intentar recuperarte, con luchas y esfuerzos, como sea. Me levanto sin saber si merecerá la pena, otra vez, no dejarte ir.


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