Cuando te caes y te levantas con heridas en las manos, con el paso de un tiempo con cariños y cuidados ésta se cierra dejando una pequeña marca. Si te caes en el mismo punto, estas marcas se avivan. Si metes una navaja en la herida corres el riesgo de que se desangre. Ahí estoy yo.
Del amor al odio hay un paso ; lucho cada instante por no cruzarlo, por no tacharte de capullo.
Me levanto con la incertidumbre de no saber que es lo que pasará hoy. Con rabia e impotencia de no poder hacer nada, de no haber más solución que intentar recuperarte, con luchas y esfuerzos, como sea. Me levanto sin saber si merecerá la pena, otra vez, no dejarte ir.
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